El mundo árabe durante
muchos años, ha mantenido sus
tradiciones milenarias y ante el empuje de la moda, en los tiempos actuales, la
mujer viste más en consonancia con las corrientes que se imponen en las pasarelas, sin abandonar sus
costumbres, tradiciones y religión, sin embargo la visión de esa mujer
enfundada en su burka, está dejando paso a esas otras jóvenes que usan velo,
pero se atreven con unos vaqueros conjuntados con bolso o zapatos de marca.
La mujer árabe, desde siempre, no se le a visto bolso
alguno, ya que los ropajes, túnicas y mantos con los que vestía, ocultaba a la
vista los posible contenedores para trasportar objetos personales. Sin embargo
el hombre ha sido representado muchas veces con pequeñas bolsas y mochilas,
ataviados con sus trajes tradicionales, según la región en la que habita.
Desde el Imperio Otomano y los diferentes Califatos (Omeya,
Abbasí y el propio Al Andalus), el bolso se empleó como simple contenedor
llevado generalmente en bandolera y naturalmente por el hombre antes que por la
mujer.
La burka islámica no permite mostrar ningún tipo
de complemento, si bien alguna mujer puede llevar un bolso en bandolera como
única necesidad para guardar sus pertenencias, pero está totalmente alejado de
la moda.
Una prenda de esa cultura logró entrar en el
selecto mundo de la alta costura parisina. Se trata de la abaya, una túnica
negra que visten millones de mujeres árabes y musulmanas para taparse el cuerpo
y la cabeza (pero no la cara y los pies como con la burka) y que ahora fue
reinventada por 22 famosos diseñadores.
Entre ellos figuran nombres como Nina Ricci,
Carolina Herrera o John Galliano, el director artístico de Christian Dior que
ha creado prendas para la primera dama francesa, Carla Bruni, entre otras; en
esta prenda eminentemente árabe, si es posible complementarla con carteras al
tono o bolsos, sin que por ello se falte a la tradición.
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