La
litografía a color aparece hacia final del siglo XVIII y aunque las primeras
estampas se produjeron en Inglaterra, es el Alemania donde se depurarían las técnicas
a principios del siglo XIX. Las primeras litografías son dedicadas
especialmente a obras de autores conocidos, grandes batallas y más adelante a
recrear escenas costumbristas. La litografía llega a convertirse en símbolo y
bandera del lenguaje del romanticismo. El bolso no puede ser una excepción y
aparecen bolsos con litografías a color y escenas románticas.
Bolso
hecho en piel con los frentes en tejido; con cierre metálico de presión e
incrustados pequeños brillantes; bastidor metálico dorado. Forro en piel color rojo con bolsillo. Correa trenzada
color oro con agarres laterales metálicos a juego con cierre y pequeños
brillantes. Escenas bucólicas del siglo XVIII en el frente de un bolso de piel
(Museo del Bolso)
Las
mujeres llevaban traje sin cola, o con ella de una pieza, con ancho de vuelo.
Falda en verdugados con dos o tres faldetas sobrepuestas. Corpiño ajustado.
Jubón liso de brocado. Guardainfante o corpiño. Hombros rellenos, manga de
saco. Cinturón ajustado. Gorgueras transparentes y encañonadas.
Época muy influenciada por la ideología política, convirtió la ropa en
algo sencillo y practico. El hombre transformó su indumentaria en una chaqueta
de cuello alto, capa corta, pantalones estrechos y botas, precursor del traje
moderno. La moda era dictada en Inglaterra poniendo énfasis en la corte, la
línea y calidad de la tela.
Cabe destacar, que las autoridades dictaban decreto que obligaban a
llevar determinado estilo, de manera que todos de alguna forma uniformada.
El
bolso se convierte en un elemento imprescindible para guardar todo tipo de
objetos, incluidos el rape o las pinturas a las que tan aficionados son los
nobles de la época.
Bolso
limosnera hecha en terciopelo granate con adornos y cintas de terciopelo
morado. Fruncido para cierre. Acompaña al bolso una almohadilla del mismo tejido
con un escudo en dorado(Museo del Bolso).
Las damas usan vestidos
escotados y ajustados a su figura, es obvio que no pueden esconder nada bajo
sus vestidos y aparecen esos bolsos o retículas que más adelante se llamarían
limosneras que, en algunos casos, son muy amplias y en su interior y a juego
hay incluso almohadillas al tono para apoyarse en ellas.
En
la primera parte del siglo XX la industria de los productos de belleza para la
mujer, recobra un mayor brío y los bolsos son el secreter ideal para guardar
todos esos elementos de maquillaje que las damas empieza a emplear de forma
masiva y a los que no pueden escapar fácilmente; la nueva era de las artes
cinematográficas, difunden los rostros de las actrices perfectamente
maquilladas y los periódicos y revistas de la época anuncias los diferentes
productos de cosmética; ya el bolso tenía que resolver un problema de espacio
para contener, espejos, lápiz de labios, coloretes, esponjas, lápices etc. se
idearon unas cajitas para que contuviesen todo ellos y otras veces se
fabricaron especie de neceseres con los departamentos para este tipo de
maquillajes, además de cortaúñas, limas y demás. Los bolsos disponían además de
unas bolsas interiores para recibir estos cosméticos y los monederos se
sujetaban al bolso interiormente con una cadenillas (en algunos casos hechas de
oro), para tener fácil acceso a las monedas ante tanta variedad de objetos
dentro del bolso.
El
bolso con espejo incorporado y exterior, formando parte del tipo limosnera con
bordados de microcristales o finas sedas, es lo que impone la moda; las señoras
llevan sus pequeños bolsos con lo que precisa para realizar retoques en sus
maquillaje y el bolso se prepara con un pequeño espejo en la parte posterior o
en la zona de la embocadura.
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Bolso limosnera hecha en tejido tornasolado en tonos malva con un
espejo en la base forrado por un galón dorado, con malla de hilo dorado
superpuesto y jalonado por ribete de florecillas rosas y verdes. Cordón
dorado para cierre. Forrado en seda verde. Asa hecha con flores de tela en
tonos malva y rosa(Museo del Bolso)
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Bolso hecho en raso negro con borlón en la parte inferior
confeccionado con microcristales azul y rosa. Bastidor hecho en carey con
espejo de cortesía incorporado, lleva varias inscripciones ilegibles. Interior
forrado con tejido color amarillo. Cadena de carey(Museo del Bolso)
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El discreto espejo
oculto en el cierre o tapa del bolso, utilizando carey, lucita o baquelita.
* Sigue nuestra Historia del Bolso.
(Prohibida la reproducción parcial o total sin permiso del autor).
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